Compartimos la nota publicada por nuestra institución en el suplemento Vida Profesional del diario Comerio & Justicia, aparecida esta semana. En esta oportunidad, desde el Colegio de Agrimensores de la Provincia de Córdoba, buscamos aportar algunos elementos para pensar la importancia de la correcta representación del territorio, y el desarrollo de la Cartografía en nuestro país.
La importancia de la representación del territorio
El desarrollo y crecimiento de nuestras sociedades son elementos claves y suponen un norte al momento de pensar y planificar los ejes de las políticas de estado en todos sus niveles.
Y, si de planificación hablamos, resulta clave conocer –con el mayor detalle posible– el territorio que habitamos y sobre el cual queremos incidir. De lo contrario, sería imposible proyectar y ejecutar, por ejemplo, obras de infraestructuras básicas en una región, una provincia o un país.
La disciplina encargada de la representación gráfica de un territorio es la cartografía.
¿Por qué es importante esa representación gráfica? Para el Agrimensor José Belaga, Director de la Escuela de Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario, la cartografía “es fundamental para el desarrollo de la sociedad ya que muestra de forma gráfica y a escala una imagen de la realidad. Sin ella –nos dice– sería imposible el desarrollo de los sistemas urbanos y rurales”.
Por otra parte, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), organismo público encargado de la creación y distribución de la cartografía oficial de nuestro país, “la Cartografía es la disciplina de las Ciencias Geográficas que se ocupa de la representación gráfica de la superficie terrestre en documentos impresos o digitales.”
En una definición más genérica, decimos que: “La cartografía es la ciencia aplicada que se encarga de reunir, realizar y analizar medidas y datos de regiones de la Tierra, para representarlas gráficamente con diferentes dimensiones lineales a escala reducida. Por extensión, también se denomina cartografía a un conjunto de documentos territoriales referidos a un ámbito concreto de estudio.”
El trabajo de esta disciplina se ve materializado en mapas y cartas topográficas (entre otros instrumentos) que permiten representar a escala los diversos sectores, fragmentos y/o aspectos relevantes de un territorio determinado. Esa representación es la condición de posibilidad para una planificación o proyección.
Un poco de historia… (Tomado del sitio web del IGN)
La necesidad de contar con una carta topográfica de la República Argentina que permitiera el traslado de la línea de la frontera sur (acción que fuera denominada “Campaña al Desierto”), el desplazamiento de tropas, el levantamiento de fortines, el establecimiento de telégrafos y la fundación de pueblos, dio origen a la creación de la Oficina Topográfica Militar, en diciembre del año 1879.
Este es el origen del Instituto Geográfico Militar, organismo dependiente del ejército que, en el año 2009, pasó al ámbito civil y fue renombrado como Instituto Geográfico Nacional, denominación que conserva hasta hoy.
En el año 1900, se publicó la primera carta topográfica, correspondiente a un sector de la provincia de Mendoza.
En el año 1912, se decidió que la carta de la República Argentina sería editada en cuatro escalas diferentes, de acuerdo las actividades y necesidades militares, productivas y humanas que se desarrollaran sobre el territorio Nacional.
En el año 1914, se proyectó la ejecución del Mapa de Comunicaciones de la República Argentina, utilizando una proyección cónica. Las 12 hojas proyectadas fueron publicadas en el año 1920.
En el año 1931, se desarrolló un nuevo método para el trazado de las curvas de nivel y la elección de su equidistancia, de acuerdo al terreno que se debiera representar. Esto permitió sumar precisión a las representaciones gráficas del territorio.
En el año 1941, se sancionó la Ley de la Carta (cuyo texto fue modificado en 1983), y con ella se reguló un conjunto de prácticas y marcos institucionales vinculados con la producción de la cartografía oficial. Este hecho significó un punto de inflexión en la historia del actual IGN. El importante incremento en la asignación presupuestaria posibilitó el desarrollo de la actividad cartográfica del Organismo.
En el año 1953, se concluyó la edición del primer Atlas de la República Argentina, físico, político y económico, compuesto de 31 láminas. Durante los años 1953 y 1957, se efectuaron una serie de desarrollos técnicos tendientes a simplificar las tareas cartográficas y los procesos de impresión, procurando mejorar la producción, los costos y los tiempos. Durante la década de 1960, por su parte, comenzó el proceso de automatización de la cartografía, a través de la incorporación de nuevas técnicas, equipamiento y materiales para elaborar cartografía. Este proceso de modernización tecnológica se extendió hasta comienzos de la década de 1980.
Finalmente, durante la década de 1990, tuvo lugar la informatización de los procesos de edición cartográfica, a partir de la expansión del uso de computadoras personales y los programas de diseño asistido.
En la actualidad…
En los últimos años, la cartografía ha experimentado avances tecnológicos extraordinarios que han transformado por completo la forma en que percibimos y utilizamos los mapas y cartas temáticas. La integración de tecnologías como el sistema global de navegación por satélites (GNSS, por su sigla en inglés, pero conocido comúnmente como GPS –término que refiere exclusivamente a los satélites estadounidenses–), la teledetección y los sistemas de información geográfica (SIG) han revolucionado la precisión y la accesibilidad de la información cartográfica.
Desde más de tres décadas, el GPS/GNSS se ha convertido en una herramienta fundamental, permitiendo una ubicación precisa en cualquier parte del mundo. Esto no solo ha mejorado la navegación, sino que también ha facilitado el mapeo detallado de áreas remotas y la recopilación de datos geoespaciales en tiempo real.
Por su parte, la teledetección, mediante satélites y drones, ha ampliado nuestras capacidades de recopilación de datos. Estas tecnologías permiten obtener imágenes de alta resolución y datos multidimensionales, útiles para la elaboración de mapas más detallados y actualizados. Además, contribuyen al monitoreo del estado ambiental, la gestión de recursos naturales y la prevención de desastres.
Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) han simplificado la interpretación y el análisis de datos espaciales. Con la capacidad de integrar información de diversas fuentes, los SIG facilitan la toma de decisiones en áreas como la planificación urbana, la gestión de riesgos y la respuesta a emergencias.
Si promovemos el desarrollo sostenible como norte de nuestras sociedades, la cartografía desempeña un papel crucial. La capacidad para mapear recursos naturales, evaluar patrones ambientales y planificar el uso del suelo es esencial para garantizar un desarrollo equitativo y sostenible en nuestras comunidades. Así, actualmente, los mapas proporcionan una visión holística de la geografía y los recursos de un país, permitiendo una gestión eficiente y responsable.
En conclusión, los avances tecnológicos en cartografía han llevado a una era de información geoespacial precisa y accesible. La integración de estas tecnologías no solo mejora la calidad de los mapas, sino que también impulsa el desarrollo sostenible al proporcionar herramientas poderosas para la gestión responsable de recursos y la toma de decisiones.
En resumen, la cartografía se erige como un pilar fundamental para el progreso sostenible de un país, guiándonos hacia un futuro donde la tecnología y la conciencia ambiental se entrelazan para construir sociedades más resilientes y equitativas.
Una nueva evolución: las IDE
El desafío de hoy, ya no es contar con información geográfica de distintas temáticas, representada a diferentes escalas y calidades. A diferencia de aquellos años donde era crucial disponer de presupuesto para relevar y representar el territorio, hoy abunda la información territorial de acceso libre. Comenzando por Google Maps, o la gran cantidad de imágenes satelitales libres, hasta las crecientes iniciativas de apertura de datos públicos abiertos y los datos de destalle que desarrollan la infinidad de profesionales que actúan en el territorio. El desafío hoy, de los profesionales de la cartografía moderna, es “conectar” esos datos.
La respuesta a ese desafío es la construcción de “infraestructuras de datos espaciales” (IDE). Las IDE son iniciativas impulsadas por los gobiernos para hacer interoperables esa enorme cantidad de información que hoy generan los actores públicos, privados, académicos y profesionales, incluso los mismos ciudadanos, para que las políticas públicas, la investigación y las actividades económicas, dispongan de más y mejor información para gestionar y tomar decisiones.
Imaginemos otras infraestructuras, como la que suministra el agua potable a una ciudad o energía eléctrica a una región, entre otras. Las personas y entidades que requieren dichos insumos, simplemente “toman” de la infraestructura el recurso “listo para usar”, despreocupándose -ni requiriendo saber- de la tecnología, la arquitectura y las disciplinas involucradas por detrás. De manera análoga, funciona una infraestructura de datos, en este caso del territorio.
En la provincia de Córdoba, ya existe. Es la Infraestructura de Datos Espaciales de la Provincia de Córdoba (IDECOR), que a través del geoportal oficial Mapas Córdoba, integra y facilita el acceso a información de múltiples temáticas, como el Catastro territorial, mercado inmobiliario, infraestructura vial, recursos hídricos, ambiente, servicios públicos, actividades económicas, equipamiento social, desastres naturales, entre muchas otras.
IDECOR es un programa del Gobierno provincial que involucra diferentes organismos y actores públicos, privados y académicos, y geotecnologías avanzadas, entre muchos otros componentes técnicos e institucionales. Pero lo que importa, en definitiva, es que, tal como “abrimos una canilla de agua” o “prendemos la tecla de la luz” para “usar dicho recurso de manera simple”, en Mapas Córdoba cualquier ciudadano o ciudadana, organismo público, empresa o profesional, puede encontrar datos territoriales “listos para usar” y aplicar en diferentes ámbitos, con el fin de facilitar y mejorar la gestión del territorio.
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